El Reloj del Juicio Final fue inaugurado en 1947 por los científicos que trabajaron en la primera bomba atómica. Cuanto más cerca de la medianoche marque la hora, más cerca estamos de destruir la humanidad. Recientemente ha sido retrasado un minuto. En el podcast nos preguntamos ¿significa que el mundo es más seguro? Para Lawrence M. Krauss, eso depende de lo que hagamos con el minuto de regalo.
Foto de Sarah Palin por Tricia Ward. Música popular española y escocesa grabada por Alan Lomax. Música de Johann Sebastian Bach interpretada por Glenn Gould. El espiritual negro está interpretado por Marian Anderson. Todas las composiciones están en el dominio público.
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Entiendo la necesidad de polemizar en un blog/podcast, pero también entiendo que los comentarios pueden estar destinados a bajar los decibelios.
En cuanto al comentario del a Sra Palin que abre la Caja de Pandora del podcast, he de posicionarme en el gris: obviamente no comparto lo que querría decir si se refiriera al extremo de que no controlamos NADA de la naturaleza, y que se desarma por completo con los contraejemplos citados en el audio (fertilización de las mujeres, etc.), pero sí que me siento identificado con la interpretación en el otro extremo, es decir, con la que postularía que aún estamos muy lejos de controlar TODA la naturaleza, y, así visto, sería engreído pensar que tenemos el control de la naturaleza.
Y para ser coherentes con el podcast, ahí va mi contrajemplo: el terremoto ocurrido en la región de Tōhoku en Japón, y sus funestas consecuencias sobre algo que creíamos tener controlado, como son las centrales nucleares de la zona de Fukushima. Es decir, aún nos queda mucho para poder decir que controlamos la naturaleza por muchos espectaculares pasitos que hayamos dado. Y es que, como dijo el divulgador científico (y si no, lo digo yo), cuanto más sabemos, más nos queda por saber.
Una vez más, la virtud está en el medio... y la sal en los extremos.
Correctísimo. Es absurdo pensar que la ciencia puede llegar a controlar toda la naturaleza, pero debemos agradecerle que nos permita controlar el trocito de naturaleza que necesitamos para ser felices.